Hace dos semanas Leo estaba en casa un poco malito (costipado) y no pudo salir al parque en todo el día. Daba la casualidad de que todavía guardaba una gran caja de una impresora que había comprado así que decidí hacer un experimento: una casita para Leo (y para mi gato, por supuesto).
Lo primero que hice fue entender un poco la estructura para ver cómo iba a hacer el tejado. Para ello doblé hacia dentro las puntas en forma de triángulo y las uní con cinta americana. De este modo quedaba un techo con pendiente pero abierto por arriba.
Después hice las puertas, y las ventanas.
Finalmente los escasos toques decorativos (ya que espero deshacerme de este trasto en breve, lo justo para que Leo juegue un tiempecito y ya). Simplemente forré el techo con papel rojo y el resto de las "paredes" con folios blancos.
Lo cierto es que la casa ha sido todo un éxito tanto para Leo, que a veces se va solo a su habitación a jugar en su casa, como para el gato!
Que gracioso está Leo asomado en la ventanita, es una idea muy bonita pero con mis gatos destroza cajas mejor me espero a que Enya sea más grande
ResponderEliminarSí! ¿has visto que le cae un moquillo? Es que ese día estaba muy costipado y lo de la casa le animó bastante. Cuando Enya sea más grande seguro que disfrutará de cosas así.
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